Lo que más me llamó la atención de Claricio fue su trabajo con la Asociación Shipibo-Conibo, ya que son pocas las marcas que trabajan con comunidades de la selva peruana. Diego Peña, fundador y diseñador de la marca, encontró en esta comunidad la posibilidad de trabajar con expertas en el manejo de mostacillas para poder crear sus diseños. En esta entrevista, Diego nos cuenta sobre esta colaboración, resalta la importancia de buscar el progreso de las comunidades con las que trabaja y nos habla de cómo se están reinventando a raíz del Covid-19.
¿Cómo empezó tu camino en la modaSegún la política editorial de Fashion Theory: The Journal of Dress, Body & Culture, la moda es una "construcción cultural de la identidad encarnada." Como tal, la moda abarca una... Ver más y cómo nació Claricio?
Desde que yo era muy pequeño mis padres se dedicaron a la confección de ropa para niños y adultos y siempre me enseñaron el valor del trabajo. Tuve la oportunidad de trabajar para un diseñador local en Lima como asistente personal, a los 20 años, y poco a poco empezó mi gusto hacia la moda. Luego trabajé con una marca de moda en el área de administración, donde pude trabajar en proyectos para diferentes lugares del Perú. Para ese entonces ya quería hacer algo por mi cuenta pero no sabía exactamente en qué enfocarme. Así fue como pasé por diseñar y confeccionar ropa para damas hasta trabajar con bisutería. Luego me convocaron para gestionar un marca de accesorios que trabajaba con comunidades del norte peruano. Después de casi dos años ahí sentí que ya era hora de poder hacer algo propio con el conocimiento que obtuve trabajando en estas hermosas marcas peruanas. Sabía que quería realizar accesorios para el día a día; quería que las mujeres puedan tener una cartera o clutch diferente pero quería que tenga un valor agregado.
Cuando conocí a la Asociación Shipibo-Conibo en Lima supe que eran los únicos que tenían la técnica que buscaba para nuestros productos ya que ellos trabajan con mostacillas. Conversé con Susy [presidenta de la asociación], que ahora es amiga mía, y ella con las señoras de la asociación y a todas les gustó mucho mi propuesta. Y Claricio nació en ese momento, a inicios del 2019.

¿Tienes algún mentor?
Mis mentores son mi madre, mi familia, mis amigas y las personas que en un momento fueron mis jefas. Siempre comparto mis proyectos con todos ellos y siempre me dan sus opiniones. Me gusta escucharlos porque gracias a ellos mejoramos nuestros productos.
¿Cuáles han sido tus mayores influencias?
Mi papá es quien tuvo mayor influencia en mí; me enseñó a coser, a cortar correctamente y hasta a vender. Mi madre y abuela también son piezas clave ya que, a pesar de sus discapacidades, siempre me alentaron a ser perseverante y constante.
¿En qué te inspiras para tus colecciones?
Queremos tener colecciones atemporales y productos que se adapten a cualquier estilo, especialmente porque la moda hoy en día es muy cambiante. La idea es que nuestros clientes pueden usar nuestras carteras para ir a una fiesta, una cena o una caminata. Para nuestra primera colección decidimos enfocarnos en el uso de diferentes materiales: madera, semillas y acrílico.

La marca tiene un enfoque especial ya que trabajan con la comunidad Shipibo-Conibo. ¿Cómo empezó esta colaboración y por qué? ¿Cómo es su proceso?
Personalmente siempre quise trabajar con una comunidad como la comunidad Shipibo-Conibo. Son una comunidad donde existe mucho arte — desde la música hasta la comida. Cuando conocí a las mujeres de la asociación y supe que trabajaban con mostacillas quedé fascinado. Además, podían trabajar específicamente con el tipo de mostacilla que yo quería usar, que es una mucho más grande. Empezamos trabajando con las que tenían una mejor técnica para trabajar accesorios y hoy en día ya son un grupo de cinco mujeres que trabajan con nosotros: Susy, Nimia, Emilia, Anahi y Elia. El proceso de creación de una cartera empieza conmigo; yo la diseño y luego capacito al equipo para que puedan realizar los diferentes nudos que tiene cada cartera. Esto toma aproximadamente entre 3 a 5 días porque ellas trabajan desde sus casas durante las noches.
¿Qué piensas sobre la apropiación cultural? ¿Cómo podemos diferenciar entre inspiración y apropiación? ¿Cuál es la importancia de trabajar directamente con las comunidades en este proceso?
Existen muchas marcas que trabajan con artesanos y yo he sido testigo de cómo, muchas veces, solo les piden que hagan algo que a ellos les guste para venderlo como diseño propio. Creo, entonces, que para poder diferenciar entre la apropiación cultural y la inspiración hay tener en cuenta que la idea es que la inspiración sea del diseñador para luego combinarla con las las técnicas de los artesanos. Además, es muy importante trabajar con las comunidades durante este proceso para que todos aprendan. Ellas aprenden sobre el proceso para crear nuestros diseños y nosotros aprendemos sobre las necesidades que tienen para poder apoyarlas. Esta colaboración es importante para que ellas vean que no solo queremos su mano de obra sino que queremos progresar todos juntos. Nosotros también las capacitamos para que puedan formalizar sus propios negocios. Queremos que vean lo que pueden hacer a partir de nuestros productos, creando así nuevos diseños para venderlos por su cuenta.
¿Qué opinas del ritmo del calendario de la moda? ¿Cuántas colecciones haces tú al año? ¿Sería sensato promover una velocidad más lenta para el mundo de la moda?
El calendario de la moda es muy rápido y la contaminación es mucha. Debemos ser conscientes de esto tanto con la producción como con la compra de prendas y accesorios. Nosotros realizamos una colección al año y pienso que, además de promover productos atemporales y duraderos, también debemos concientizar al público.

¿Cómo ves la moda de Perú y Latinoamérica en el escenario internacional?
Con la llegada de las marcas fast fashion la industria de la moda en el Perú se volvió una locura. La variedad de productos y precios era enorme. Muchos iban a Gamarra [el distrito textil de Lima] y comparaban los precios con H&M o Forever 21. Al final preferían comprar en estas tiendas porque eran más baratas, pero creo que con los años el consumidor ha empezado a darse cuenta de que el fast fashion te vende diseño pero no calidad. Lo mismo pasa en diferentes partes del mundo; poco a poco las personas se van dando cuenta de que es mejor comprar local porque no solo estás comprando diseño: con esa compra estás ayudando a generar más trabajo así como apoyando y motivando a nuevos diseñadores o emprendedores.
¿Cuál es la lección más importante que has aprendido en tu trayectoria?
Aún sigo aprendiendo. Mi trayectoria es corta pero lo que he aprendido hasta ahora es que, a pesar de las caídas, uno debe tener paciencia, perseverancia y siempre estar dispuesto a escuchar a los demás.
¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando en el mundo de la moda?
Le diría que nunca se rinda y que aprenda de sus errores. Le diría también que pruebe diferentes áreas para así poco a poco poder ir definiendo lo que desea hacer.

¿De qué sirve la historia para diseñar hoy en día? ¿Cómo se puede transformar el conocimiento de historia en inspiración creativa para la moda?
La historia nos sirve de mucho. Desde encontrar inspiración para las colecciones hasta plasmar algún evento o suceso en un producto.
En un mundo globalizado como el nuestro, ¿por qué es importante apoyar la producción artesanal y el diseño local?
Porque es muy importante apoyarnos entre nosotros. Al adquirir un producto o servicio local uno apoya el desarrollo de la industria local; a que los diseñadores y emprendedores no tiren la toalla y puedan generar más ingresos para sus proveedores.
¿Cómo crees que va a cambiar el escenario de la moda con el COVID-19?
El escenario de la moda ya cambió. Las empresas y los diseñadores se están renovando; están creando nuevos productos que se adaptan a las necesidades actuales. Nosotros, ya que somos una nueva marca, nos hemos visto afectados por la pandemia pero hemos aprovechado el tiempo para realizar nuestra nueva colección, que estamos lanzando poco a poco. Seguimos trabajando con nuestro equipo de artesanos, que son la base de todo lo que hacemos. Estamos en contacto constante con ellos para darles mensajes de aliento y asegurarles que pronto nos reuniremos para compartir como lo hacíamos antes; también hemos podido realizar donaciones con el apoyo de familiares y amigos. Estamos también renovando y expandiendo nuestra gama de productos. Ahora tenemos aretes y carteras de croché. También hemos agregado productos hechos con materiales deadstock, como las vinchas, que, aparte de usarse como decoración tendrán doble función: para el cabello y como asas para carteras.

1 Comment
Muy buen post, muy recomendable! Reciba un cordial saludo.