Entre crisis y perlas

A través de seda, cachemira y humo de cigarros logramos conocer a Sofía, una mujer  privilegiada de Ciudad de México en los 80s. Interpretada por Ilse Salas, Sofía es el  epítome de una mujer de sociedad: glamorosa, bien vestida, con una especial  atención a los detalles y envuelta en una cortina de privilegios que le nubla la vista ante las situaciones que van más allá de canapés y partidos de tenis con sus amigas.

En México durante 1982 debido a la sobreoferta de petróleo los precios de la mezcla mexicana comienzan a bajar, dicha situación disminuyó los ingresos y la falta de demanda, lo que terminó dando como consecuencia la devaluación de la moneda y una de las peores crisis financieras por las que México ha pasado.

Ilse Salas en el papel de Sofía en la películas "Las niñas bien"
Fotograma de la película Las niñas bien dirigida por Alejandra Márquez Abella.

Basada en el libro escrito por Guadalupe Loeza, “Las niñas bien” es una propuesta  refrescante del cine mexicano, lanzada en 2018. Uno de los aspectos más inolvidables de está película  es el vestuario que nos logra transportar al sexenio de López Portillo que abarcó desde 1976 a 1982. Dirigida por Alejandra Márquez Abella, esta película y su personaje principal nos envuelve en una época retro a partir de la atención especial a cada uno de los detalles. 

El vestuario, creado por Annai Ramos, logra capturar a través de inspiración en la época y un cuidado en los detalles para que la ropa y los accesorios vayan acorde del aura de cada uno de los  personajes y de la época, acompañándolos a través de la historia sin caer en los  clichés y estereotipos de los 80s. Y sí, nos da un sentido de espontaneidad, estilo personal y sobre todo, muestra la evolución de Sofía, en quien se centra la historia.

Portada del libro Las niñas bien de Guadalupe Loaeza
La película "Las niñas bien" se basa en el libro de Guadalupe Loaeza.

Conocemos a Sofía reflejada en un mar de espejos, vestida con un atuendo de seda  color marfil, zapatos de tacón a juego, voluminosos aretes de plata, maquillaje y  peinado impecables. Desde este primer plano podemos crear un nexo entre los looks del personaje y una de las inspiraciones de Annai para crearlo: Lady Diana, Princesa de Gales.  

Lady Di se inmortalizó como un ícono de estilo desde la época de los 80s hasta su muerte en 1997 y “Las niñas bien” honró a la  perfección su nombre y llenar sus zapatos haciendo uso de la elegancia, elementos icónicos como hombrera así como la gama de colores por la que conocemos a Diana.
En este momento, en México era bastante común que mujeres leyeran revistas como Hola! y Vanidades, cuyas páginas mostraban una visión aspiracional hacia la vida aristócrata europea. Todo esto se refleja en las decisiones de estilo de Sofía, en donde el consumo de las vidas que ella consideraba deseables la inspira a seguir las reglas y tendencias impuestas por esta fracción mínima de la sociedad, aunque sin dejar de lado su  estilo personal. Podría decirse, entonces, que Sofía es una referencia y marcadora de modas entre su grupo de amigas del club campestre al que asiste.

Sofía con una mascarilla facial como parte de su rutina de belleza

A lo largo de la historia, vemos que, con las crisis económicas y matrimoniales que sufre Sofía, este plano etéreo del vestido marfil se va desintegrando poco a poco y la pulcritud que observamos al principio va cayendo en un espectro más caótico. 

La mayor parte del vestuario fue diseñado especialmente para la película, para  así lograr los cortes, colores y siluetas de la época a la perfección, justo cómo Annai lo imaginaba. Un ejemplo de esto es el vestido rojo, fabricado en una tela ligera y vaporosa de un color rojo profundo con un pronunciado escote en V en la espalda que Sofía compra en El Palacio de  Hierro, una cadena de tiendas que busca ofrecer el máximo lujo y las marcas más exclusivas a sus compradores, marcando así un símbolo de estatus. Dicho vestido fue creado a partir de una página de la revista Hola! en la que Lady Di aparece usando algo muy similar, sobre todo por el escote en V de la espalda, que fue una de las insignias de la vestimenta de la Princesa Diana de Gales.

Sofía probándose el vestido rojo con escote en V en la espalda

“No estoy acostumbrada a comprar vestidos de gala  en México”, es la frase que dice Sofía al adquirir el vestido rojo, y le pregunta si es posible llamar a la costurera para agregarle unas hombreras al vestido. Las hombreras son  otro elemento increíblemente importante en el desarrollo del personaje. Son un elemento  recurrente en el vestuario de Sofía y protagonizan múltiples escenas en que Sofía acomoda detenidamente la posición de las hombreras. Incluso hacia el final de la película, durante una cena en que Sofía y su esposo tratan de salvar su posición económica, Sofía entra al baño y, mientras se ve en el espejo para retocar su maquillaje, decide arrancar las hombreras y tirarlas a la basura. Ésta es la muestra final de despojo y abandono por parte del personaje.

La mayoría de los vestidos, las camisas, todos los trajes que usan los hombres y muchas de las prendas interiores que aparecen en la película fueron creados desde cero para ella. Annai insistió en que todos los personajes usaran ropa interior perteneciente a los años 80. En este detalle vemos la dedicación con la que fue creado el vestuario para el filme y cómo influye en la actuación de los personajes y la figura de estos. De hecho, podemos incluso corroborar cómo es que el cuerpo ideal ha cambiado a través de los años y la ropa interior es la principal estructura para lograr un cánon apegado a la clase burguesa mexicana. 

Fila, Gucci, Cartier y Chanel son algunas de las marcas de lujo que vemos desplegadas a lo largo de la trama del filme,y en escenas como la del desayuno en el club en la que después de realizar sus respectivos deportes Sofía y sus amigas están sentadas desayunando,fumando cigarrillos e intercambiando novedades de su alrededor, logran ser protagonistas en la historia. Así, el vestuario crea una atmósfera de lujo, incluso al realizar actividades cotidianas.

Club campestre de las películas Las niñas bien

De la mano de Sofía cuelga durante bastantes escenas una Chanel “flap bag” color negro. Éste es uno de los modelos clásicos de Chanel y fue una excelente decisión  haber elegido este bolso: juega con el sentido de economía al ser un  bolso que aumenta su valor a través de los años. El bolso se convierte en un elemento importante en la trama desde que Paulina, una no muy querida nueva rica ofrece comprarle el bolso a Sofía, hasta el punto más bajo del personaje cuando, empapada por la lluvia, abandona una fiesta de cumpleaños dejando el bolso como regalo a la anfitriona. Desde el punto de vista del lenguaje cinematográfico, esto es una acción de rendición y desapego de los valores y virtudes de Sofía.

La escritora del libro en que se basa el filme, Guadalupe Loeza, jugó un papel clave para la creación de los looks, durante la rueda de prensa del estreno de la película Guadalupe Loeza cuenta como prestó mucha de la ropa de diseñador que se le dio como pago por las publicaciones de sus libros. Además, la filmación de la película coincidió con la mudanza de la escritora, así que Annai tuvo acceso a todo el acervo de batas, vestidos y blusas de la escritora. Una de las prendas que provino de ese armario fue la blusa azul Nina Ricci, que Sofía usa en la fiesta infantil de uno de los hijos de Paulina. Esta prenda destaca al ser de las prendas favoritas de Guadalupe Loeza, quién insistió en que fuera utilizada y como mencionó Annai Ramos en la rueda de prensa del filme, se quiso que fuera en esta parte para remarcar el punto más bajo del personaje y cómo se le hizo un “préstamo” de ropa.

Cuadro de la cara de la protagonista, Sofía, con un vestido azul
Fotograma de la película Las niñas bien dirigida por Alejandra Márquez Abella, con la blusa azul de Guadalupe Loaeza, la autora del libro

A través de su narrativa y el mismo vestuario, “Las niñas bien” muestra un tono satírico hacia el estilo de vida de las mujeres de casa de México en la década de 1980. Estas mujeres dedicaban una gran parte de su tiempo a su arreglo personal, así como a la decoración de sus hogares. Todo esto lo notamos en la elección de los objetos y prendas de vestir que aparecen en la película. Los relojes, las gafas de sol y las costosas cajetillas de cigarrillos personalizadas de los personajes nos hablan a través de la pantalla al ser artículos meticulosamente elegidos que demuestran el esmero que Sofía y sus amigas tenían en sus vidas.

Sin duda alguna, la nominación que tuvo en la categoría de “Mejor Vestuario” en los premios Ariel es más que merecida, pues el vestuario se convierte en un personaje más del filme. A través de la narrativa, el vestuario adquiere vida propia y toma un papel crucial en cómo percibimos la historia. Este filme es definitivamente un imperdible en el nuevo cine mexicano.

Arreola, L. (2019, 10 mayo). Las niñas bien. Souvenir improbable. Recuperado 2 de febrero de 2022, de http://souvenirimprobable.blogspot.com/2019/05/las-ninas-bien.html

Mendoza, C. (2019, 6 abril). Las niñas bien: interiorismo y diseño para sobrellevar la crisis | Arquine. Arquine | arquitectura, diseño y ciudad desde México. Recuperado 4 de febrero de 2022, de https://www.arquine.com/las-ninas-bien-interiorismo-y-diseno-para-sobrellevar-la-crisis/

Autoría

Escritora y Estilista de moda
Actualmente se encuentra cursando una licenciatura en Historia del Arte en la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). Es escritora en Run The Runway Magazine y
trabaja como estilista independiente.
Sofía es procedente de Morelia (México) y se dedica a la creación de artículos y
reseñas de moda y temáticas sociales desde una perspectiva feminista.
Ha publicado artículos como “El pantalón y yo” en Noise Magazine, “¿Nos engañamos
comprando en Zara?”,“¿Cómo Tom Ford salvó a Gucci?” en Run The Runway.

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