Jeans. ¿Cuántos de nosotros no los usamos, en alguna de sus expresiones —faldas, chaquetas, pantalones entubados, acampanados o de bota ancha—al menos una vez a la semana? Y en la historia de la modaSegún la política editorial de Fashion Theory: The Journal of Dress, Body & Culture, la moda es una "construcción cultural de la identidad encarnada." Como tal, la moda abarca una... Ver más, los jeans se han convertido en una de las prendas que caracteriza nuestros tiempos: desde el siglo XX hasta hoy. Pero lo que pocos saben es que los jeans, al menos originalmente, estaban hechos de denim, una robusta tela sargada de algodón, urdida tradicionalmente con hilos tinturados de índigo y con relleno gris o de color natural. Este método de fabricación da una alta resistencia a la tela que, además, con el uso, desarrolla zonas de desgaste, arrugas y otras marcas de uso. Dada su versatilidad, no es de sorprender que el denim haya sido usado para la manufactura de ropa de trabajo, de descanso e, incluso, piezas de alta moda.
Los orígenes del denim
Los primeros jeans fueron creados en 1873, cuando Davis, un sastre de Nevada, y Levi Strauss, un mercader de San Francisco, recibieron una patente por su innovador diseño para pantalones de trabajo, que le serían inmensamente útiles a muchos de los mineros y jornaleros de California. Los primeros jeans de Levi-Strauss & Co. fueron producidos en denim azul y en dril café, y se conocieron como «overoles de cintura» (en inglés, waist overalls). Hacia finales del siglo XIX, los llamados «Levi’s» (que no recibieron el nombre de «jeans» sino hacia mediados del XX), adquirieron otras de sus características básicas: la marquilla en cuero con dos caballos, los números de lote, y los bolsillos traseros con costuras distintivas. Los Levi’s 501, que se originaron en 1890, todavía son considerados, por muchos, el modelo arquetípico de jeans.

Pero aunque Levi-Strauss tuvo la ventaja en el mercado, la competencia fue rápida y, muy pronto, nuevos modelos de pantalones hechos con denim aparecieron. Algunos de los más famosos fueron los OshKosh B’Gosh (1895) y Blue Bell (1904), que luego cambiaría al nombre de Wrangler. Lee Mercantile comenzó a producir su propia versión en 1911 y gozó de un gran éxito en 1913, con los Lee Union-All —que se convirtieron en el estándar para los trabajadores durante la Primera Guerra Mundial—.
De ropa de trabajo a alta moda
En la década de 1920 y hasta bien entrados los 30s, la imagen del «blue jean» recibió un toque de glamour, gracias a su aparición en famosas películas de vaqueros, vistiendo a guapos actores como Tom Mix, John Wayne y Gary Cooper. Con el auge de estas películas surgió el entusiasmo por las vacaciones en ranchos y los nuevos turistas —hombres y mujeres— comenzaron a comprar jeans para estos viajes.
Más adelante, durante la Segunda Guerra Mundial, y con las prohibiciones de uso de materiales necesarios para el esfuerzo armado, se simplificaron algunos de los detalles de los jeans, como los ribetes de cobre que tuvieron los primeros Levi’s. Al mismo tiempo, el denim comenzó a usarse como una tela de moda en diseños durables para mujeres: Claire McCardell, por ejemplo, vendió miles de ejemplares de su vestido «popover».

Fue después de la Segunda Guerra Mundial que se adoptó el nombre de «jeans». En 1947, Wrangler introdujo sus jeans ajustados al cuerpo, «body fit», dirigidos hacia un público más joven, que se interesaba más por la buena apariencia de la ropa que en su durabilidad. Nuevamente, fue a través de Hollywood que se popularizó el estilo de los jeans, con nuevos ídolos como Marlon Brando (en The Wild One, 1953) y James Dean (en Rebelde sin causa, 1955). Usado también por estrellas del rock ‘n’ roll, como Eddie Cochran, el denim se convirtió en símbolo de rebeldía y juventud. Poco a poco, los jeans fueron adquiriendo aceptación y popularidad, de modo que, para la década de 1960, eran usados tanto por los hippies para comunicar mensajes socio-políticos, como por los que simplemente adoptaron la moda de los jeans pintados y bordados.

La década de 1970 fue la edad de oro del denim. Cada vez se hizo más necesaria la personalización de los jeans, una prenda que se había vuelto casi universal para esta época, y muchos diseñadores los adoptaron en sus colecciones y les dieron elementos de sofisticación. Por ejemplo, la compañía italiana Fiorucci lanzó los jeans Buffalo 70, pegadísimos al cuerpo y de color oscuro, que se convirtieron en símbolo de estatus entre los glamourosos que frecuentaban Studio 54 en Nueva York. El auge de los jeans «de diseñador» continuó durante los 80s, con la aparición de modelos de Jordache, Sassoon, Sergio Valente y los legendarios Calvin Klein Jeans. En 1980, Calvin Klein Jeans lanzó una campaña publicitaria que quedará por siempre grabada en la historia de la moda, protagonizada por la quinceañera Brooke Shields, quien pronunciaba, con actitud provocativa, “Nothing comes between me and my Calvins” (no hay nada entre mis Calvins y yo). Aunque escandalosa, las ventas de Calvin Klein Jeans incrementaron de 25 millones de dólares a 180 millones en un año. Y este tipo de campaña se convirtió en el estándar durante la década siguiente.
Para los 90s, los jeans se habían convertido en una prenda básica del guardarropas de distintas personas alrededor del mundo. Los había sencillos y amplios, pegados al cuerpo, con pinturas, bordados y estampados, e incluso con desgastes causados durante su producción. Los había creados para las masas y también elaborados con técnicas de alta costura. Los había modernos, creados para la venta actual, y también vintage, vendidos en los mercados de ropa de segunda. Estas tendencias han continuado evolucionando hasta hoy, y vemos que la mayoría de personas continúan usándolos en su diario vivir: ya sea como ropa de trabajo, como muestra de su conocimiento sobre moda y tendencias, o como símbolo de su personalidad única, creadora y artística. En promedio, las personas del mundo usamos jeans 3,5 días a la semana y tenemos 8,6 piezas. Aunque en sus primeras versiones, los jeans fueron prendas exclusivas para los obreros, hoy, son una de las prendas más difundidas en el mundo, y usadas por amantes y no-amantes de la moda por igual.
Lecturas adicionales
Clare Sauro (2010) «Jeans» en The Berg Companion to Fashion, editado por Valerie Steele, pp. 442-445.
Daniel Miller y Sophie Woodward (2011) Global Denim. Oxford: Berg Publishers, 2011.
Daniel Miller y Sophie Woodward (2011) «Global Denim» en Berg Encyclopedia of World Dress and Fashion, editado por Joanne B. Eicher y Phyllis G. Tortora.
Denim: Fashion’s Frontier. Exposición virtual en Google Arts & Culture, basada en la exposición presentada en el Museo del Fashion Institute of Technology de Nueva York, 1 de diciembre de 2015 al 7 de mayo de 2016.
Laura Beltran-Rubio (2018) «Denim: Fashion’s Frontier» en Fashion Theory (15 de febrero de 2018.
Phyllis G. Tortora (2010) «Jeans» en Berg Encyclopedia of World Dress and Fashion, editado por Joanne B. Eicher y Phyllis G. Tortora, pp. 64-65.