Polizón

El término polizón (o bustle, en inglés) ha sido usado a partir del siglo XIX para denominar una variedad de dispositivos que han sido utilizados para dar volumen a la parte posterior de las faldas en la moda occidental femenina. Aunque distintos tipos de almohadillas y soportes han sido usados, desde el siglo XVII, para aumentar la parte trasera de los vestidos, el polizón como tal no alcanzó su auge sino hasta la década de 1880.

En sus primeras versiones, el polizón fue una almohadilla utilizada para dar un volumen sutil a la parte posterior de la alargada silueta neoclásica de principios del siglo XIX. A medida que bajó la cintura y se ancharon las faldas, esta almohadilla se mantuvo y, para 1820, se empezó a conocer con el nombre de polizón. Hacia mediados del siglo, el polizón era utilizado para realzar las amplísimas faldas que estaban a la moda: era una pequeña estructura hecha de almohadillas, hueso de ballena o caucho inflable, que se extendía hacia los lados de las caderas. Entre 1865 y 1876, los polizones fueron hechos con medios-arcos de acero, a veces conocidos como crinolettes (por su parecido con las crinolinas). En 1883, volvió a estar a la moda, después de casi abandonarse por algunos años. Y no fue sino hasta alrededor de 1887 que el polizón vivió su gran auge y su más extravagante tamaño.

John Wanamaker, Philadelphia. Catálogo No. 25, otoño/invierno, 1888–89, p. 62. Fuente: https://archive.org/details/catalogueno25fal00john

Después de 1887, la silueta femenina se adelgazó y el polizón se encogió hasta prácticamente desaparecer en 1889. Con las faldas más entalladas de la década de 1890, la protuberancia del polizón dio paso a las mangas voluminosas de estilo «pata de cordero» (haciendo alusión a su forma) y a faldas con ruedos más amplios, ligeramente acampanados. Sin embargo, muchas mujeres siguieron usando una pequeña almohadilla sobre sus caderas para dar la impresión de una cintura más delgada.

A lo largo de su historia, el polizón fue creado con una variedad de materiales y de diversas formas. Algunos tipos eran largos y hechos con aros de metal —como las famosas crinolettes—, pero la mayoría fueron hechos solamente para cubrir las caderas, atándose a la cintura. Los materiales variaron desde el hueso de ballena y el metal (con frecuencia acero) hasta el caucho y las telas rústicas. Para ablandar las fuertes líneas que podía insinuar el material del polizón, se usaban enaguas con volantes y grandes moños sobre las faldas.

Aunque el polizón fue criticado en su momento y ha continuado siéndolo por historiadores del traje, su legado en la historia de la moda es importante. En primer lugar, el polizón reflejó algunas de las distintas técnicas de producción y avances tecnológicos del siglo XIX. Además, ha continuado inspirando a distintos diseñadores desde que cayó en desuso en el siglo XX: Elsa Schiaparelli lo usó como inspiración para algunos de sus vestidos de gala hacia finales de los 30s y algunos diseñadores contemporáneos, como Yohji Yamamoto y Vivienne Westwood, lo han reinterpretado, de una forma más irónica, en sus creaciones.

Polizón, británico, ca. 1871. Algodón, metal. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York, 1985.27.4. Fuente: https://www.metmuseum.org/art/collection/search/82420?searchField=All&sortBy=Relevance&ft=1985.27.4&offset=0&rpp=20&pos=1

Lecturas adicionales

Glasscock, Jessica. «Nineteenth-Century Silhouette and Support.» Heilbrunn Timeline of Art History. Nueva York: The Metropolitan Museum of Art, 2004. https://www.metmuseum.org/toah/hd/19sil/hd_19sil.htm.

Martin, Richard, y Harold Koda. Waist Not: The Migration of the Waist, 1800–1960. Nueva York: The Metropolitan Museum of Art, 1994. https://www.metmuseum.org/art/metpublications/Waist_Not_The_Migration_of_the_Waist_1800_1960.

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