La exposición «Margiela: les années Hermès» (Margiela: los años Hermès) en el Museo de Artes Decorativas de París es un estudio de la colaboración entre Hermès y el diseñador belga entre 1997 y 2003. Es un complemento de la exposición «Margiela/Galliera, 1989–2009», expuesta simultáneamente en el Palais Galliera y busca continuar explorando los temas que tanto obsesionaron las prácticas de diseño del creador, antes de que se retirara del mundo de la modaSegún la política editorial de Fashion Theory: The Journal of Dress, Body & Culture, la moda es una "construcción cultural de la identidad encarnada." Como tal, la moda abarca una... Ver más. La exposición logra transmitir, muy exitosamente, las distintas formas en las que sus temas de investigación recurrentes influyeron en sus creaciones, a través de los diseños de Margiela para su propia casa de modas y para Hermès.
Originalmente presentada por el ModeMuseum (MoMu) de Antwerp en 2017, en colaboración con Martin Margiela, la exposición está organizada alrededor de ejes temáticos, que resaltan las inspiraciones creativas y los proyectos de investigación del diseñador, al mismo tiempo que compara la forma en que estos temas se desarrollaron en sus colecciones para Hermès y para la Maison Martin MargielaMartin Margiela es uno de los diseñadores más emblemáticos de su generación. Con sus colecciones conceptuales, su predilección por la des-construcción y los materiales recuperados, sus desfiles en lugares insólitos, y su... Ver más. A lo largo de la exposición, las creaciones de Margiela para las distintas casas de moda se distinguen por el color de fondo en las paredes de las galerías: naranja para Hermès, blanco para Maison Martin Margiela. Así, se crea un recorrido fluido y dinámico, a través del cual se evidencia la fertilidad creativa, a veces sorprendente, del genio de Martin Margiela.

Y éste, tal vez, es el éxito de la exhibición: que logra comparar la forma en que los mismos temas de investigación y de inspiración resultan en diseños distintos para dos casas de moda con identidades opuestas. Por un lado, Hermès, por décadas conocida por su elegancia francesa; por el otro, Maison Martin Margiela, siempre rebelde y subversiva. Gracias a su genio creativo, Martin Margiela logró diseñar simultáneamente para las dos, proveyendo diseños apropiados para cada una de las casas de moda, pero con frecuencia inspirados en los mismos temas que obsesionaban al diseñador.
Uno de los temas recurrentes en los diseños de Margiela fue su exploración del cuerpo y la relación que tiene con la ropa. A través de sus diseños, Margiela cuestionó las nociones occidentales sobre el cuerpo, incluyendo las curvas que creemos debe formar la ropa sobre él. En Hermès, estas exploraciones con frecuencia se dieron a partir de prendas tradicionales del guardarropa femenino —y a veces también las del masculino—, que se ponían sobre el cuerpo de formas poco comunes: por ejemplo, los abrigos de hombros redondos, que contrastaban con la cuadrada figura de los años 80, y los sacos de lana, largos y enormes, que podían ser usados casi en forma de vestido. En la Maison Martin Margiela, este tema figuró en los diseños de Margiela de forma muchísimo más subversiva, convirtiéndose, entre otras, en prendas demasiado pequeñas o demasiado grandes para el cuerpo: por ejemplo, los jeans «oversize» en talla italiana 78 de la colección otoño/invierno 2000–2001.

Otro tema importante para Margiela fue la construcción de las prendas de vestir: cortes, materiales, curvas, e incluso el uso de interiores como exteriores. En Hermès, este interés le permitió explorar distintos materiales para la creación de sus prendas, incluyendo variedades de cueros y de lanas, aprovechando las distintas especialidades de los talleres de la casa. Así, creó faldas de cuero, sacos de lana sin costuras, abrigos multi-usos y prendas intercambiables, que podían ser usadas encima de otras, para crear distintos looks a partir del mismo conjunto de prendas. En la Maison Martin Margiela, esto se dio con el reciclaje de prendas viejas para la creación de nueva ropa (vestidos hechos de chales viejos o chalecos hechos de guantes reciclados, por ejemplo), del uso de forros de vestidos para formar un vestido en sí mismos, de la construcción de prendas a partir de «desechos», como bolsas de plástico y joyas viejas, que ya nadie quería.
Y detrás de todos los temas de investigación, y de los diseños que de ellos resultaron, estuvo siempre la idea de cuestionar los principios básicos del sistema moda. A través de prendas atemporales, que podían combinarse incesantemente unas con otras, Margiela se opuso a la idea del cambio eterno y necesario en los ciclos de la moda. A través de prendas aparentemente sencillas y de tonos neutros para Hermès y de marquillas en blanco para la Maison Martin Margiela, el diseñador rechazó el culto de la marca que ya se había impuesto para finales de los 80. Y a través del cuestionamiento constante sobre la construcción de la ropa y la relación de ella con el cuerpo, Margiela propuso nuevas respuestas sobre el rol de la ropa en nuestra sociedad.

Con cientos de objetos expuestos y material audiovisual complementario —incluyendo maravillosos videos que muestran las distintas posibilidades para utilizar los diseños de Margiela—, la exposición «Margiela: les années Hermès» es un excelente estudio de las posibilidades creativas a partir de temas recurrentes de investigación y, a la vez, una gran retrospectiva de uno de los más influyentes diseñadores de modas contemporáneos. La exposición es, sin lugar a dudas, una vista obligada este verano en París.